lunes, 8 de diciembre de 2014

Un año más... Un nuevo encuentro

"¡Felicidades JuCarian@s! ¡Qué rápido pasa el tiempo! ¡26 años ya!

Queremos invitaros a que vivamos la celebración de este 26 aniversario JuCar no como un recuerdo del pasado sino como una forma de ver el futuro: ¿Os apetece volver a vernos?... ¿Qué tal en primavera?... ¿Te apuntas a vivir un día con todos los que comparten nuestra identidad cristiana carmelita?... 


Id anotando en la agenda, día 11 de abril, Hinojosa del Duque, DÍA PARA COMPARTIR CON MI FAMILIA CARMELITA... "¡No podemos vivir de recuerdos!"... ¡Os esperamos!"




jueves, 23 de enero de 2014

Clausura 25 Aniversario Jucar en el Futuro



En primer lugar, felicitaros a todos por los 25 años de JuCar. Sabed que ya he dejado mi dedicatoria en el libro de firmas, que pasará a guardarse en el archivo de la Provincia, tal y como le he pedido al Padre Jurado.

Me alegro de haber venido hoy. El Padre David del Carpio me envió un correo para que os dijera unas palabras. No soy quién para decir lo que tenéis que hacer, pero sí me gustaría trasmitiros un par de ideas, primero sobre la Iglesia y en segundo lugar sobre la Orden.

Lo primero de todo: ¿Qué nos pide la Iglesia? En principio hay que considerar un fenómeno ocurrido en este tiempo, que es la aparición del Papa Francisco. La Iglesia necesitaba alguien así, que cuando hablara lo hiciera de manera cercana y que además rompiera esquemas. En la JMJ de Río de Janeiro, los jóvenes hicieron una entrevista al Papa de la cual quiero destacar algunas cosas.

¿Qué espera el Papa de la juventud?:

·         Resumidamente la respuesta del papa Francisco es que no se vengan abajo. Que no acojan valores que no le dan sentido a su vida, sino que los jóvenes sean capaces de vivir con valores propios de la vida de Jesús. El Papa Francisco también nos dice que vayamos a contracorriente, que el mundo de hoy piensa cosas con las que nosotros no estamos de acuerdo. Hay momentos serios en la vida en los que hay que dar razones de ser y estar.

·         Para este momento actual que vive la Iglesia, el Papa le dice a los jóvenes: no tengáis miedo ni a Jesús ni a evangelizar. Evangelizar no significa meterse a cura ni meterse a monja. Evangelizar es dar testimonio en primera persona del amor de Dios. El Papa invita a la Iglesia y a todo el mundo a evangelizar en cualquier sitio. Hay una frase que se ha hecho famosa: “Si la gente no viene a la iglesia, vamos nosotros a la gente”. En la calle, en la universidad… allí es donde se salva a la gente. Dios os regala la oportunidad de ser testigos de Jesucristo, transmitiendo su mensaje con vuestras propias palabras.

·         Que los jóvenes sepan amar verdaderamente ¿Qué significa esto? Amar verdaderamente al hermano significa AMAR. No significa enamorarse, como se enamoran el hombre y la mujer. Amar  significa querer al otro tal y como es. ¡Atreveros a ser felices! Seamos lo que el Señor quiere que seamos. Solamente cuando uno se encuentra a sí mismo es capaz de manifestarte tal y como es. Solamente podemos ser felices teniendo la verdadera alegría y la paz de Jesucristo. Y la alegría de Cristo es la alegría del Evangelio, que no es efímera.

·         Que los jóvenes sean capaces de responder a su vocación. Y como ya he dicho antes, esto no significa hacerse cura o monja. A lo mejor… Dios te llama a que te cases. Por ejemplo, hay una historia sobre San Alberto de Sicilia que cogió a un novicio y le dijo que aquella misma tarde saliese del convento. El novicio preguntó preocupado que a qué se debía aquella decisión, a lo que San Alberto le contestó que la vocación del novicio estaba en el matrimonio. La vocación también es el matrimonio cristiano, que además es un sacramento. En el matrimonio cristiano uno es capaz de dar la vida por el otro. Pero tampoco descartemos la posibilidad de que el Señor nos llame a vivir una vida como religioso o como religiosa. Hay religiosos que cuando se consagran a Dios cambian su nombre porque para ellos es el principio de una vida nueva, y a lo mejor se consagran dejando atrás una relación sentimental con otra persona, como es el caso de la hermana Sor Peggy del convento de San Pedro en Osuna. ¿O por qué no ser fraile? ¿Y cómo sabe uno qué quiere ser fraile? Cuando todo lo que hace es por y para Cristo.

·         Rezad. El Papa nos lo podía haber dicho a los frailes y a las monjas, pero se lo dice a los jóvenes. Para ser buen cristiano y llegar a santo hace falta tratar con Cristo. “Yo os pido a los jóvenes que habléis con Jesucristo cuando habéis hecho las cosas bien y cuando habéis hecho las cosas mal, porque Jesucristo te conoce y te habla”.

·         Y abandonad la mundanidad. ¿Qué significa esto de mundanidad? El Papa Francisco el día 4 de octubre visitó la tumba de San Francisco de Asís, santo al que tiene mucha devoción y por el que tomó su nombre. Todos los periodistas que allí estaban esperaban que dijera alguna frase comprometida pero sólo dijo esto: “Abandonad la mundanidad”. Esto es no seguir los criterios de nuestro mundo que son, querer ser el primero en todo, ignorando a los demás y acaparando el protagonismo. Nosotros, somos lo que somos, no somos los primeros y servimos a los demás como los últimos.

Finalmente, ¿qué os pide la Orden Carmelita? Que sigáis siendo JuCar, nada más.  Seguid dando testimonio y siendo la Juventud Carmelita. Es importante que JuCar se haga presente, y la Orden debe tenerlo en cuenta, en los congresos de laicado carmelita. A este respecto, la Provincia Bética está preparando el encuentro de Familia Carmelita de este año y el tema será “Qué espera la orden de nosotros”. El Padre David del Carpio está invitado junto con otro miembro de JuCar para dar su testimonio.

Padre Rafael Leiva
O. Carm

lunes, 20 de enero de 2014

Saludo de la Madre Priora al encuentro de 25 años de Júcar



Querido  Padres Carmelitas y jóvenes de Júcar.


            A los pies de María nos encontramos aquí reunidos para dar acogida a este encuentro, y para celebrar los 25 años de Júcar.
            Yo os saludo de todo corazón y os damos gracias por este camino  recorrido. Nos sentimos hermanos, y la gratitud en esta mañana es muy manifiesta a todos.
El tiempo y la historia deben ser celebrados…
Nosotras no estamos acostumbradas a hablar mucho en público, pero algo hay que decir.
En este gozo compartido, en esta mañana, me siento identificada e invitada al amor.
A un amor recibido.
A un amor creído.
A un amor sentido como raíz, como grano de trigo, aquel que se entierra en el surco, pero quiere dar fruto abundante. ¡Este es el Carmelo!
Y me sabe bien recordar, unos verso que yo hacia de joven; entré con 16 años, ya llevo 70 recorridos, pero no importa, estos me hacen vivir y sentirme joven.
Y dicen así:
                     Aquí estoy Señor,
                     en esta mañana cargada de misterio.
                    queriendo entrar en la paz  y en silencio,
                     pues nada tengo para darte mejor.
                    Todo el tiempo gastado en oración
                    porque en la vida orante yo me encuentro
                    como ladrillo escondido en sus cimientos
                   acogiendo todo el peso del amor.

 Yo os digo queridos jóvenes y queridos todos, que tenemos necesidad de Dios, de querer ver con sus ojos, de interiorizar la vida y aumentar nuestra capacidad fraterna a través DE TODOS los hermanos.
La dinámica de Jesús, es crear nuestra propia identidad, dejándola  crecer.
Haciendo silencio como María., creyendo que con su fe y su disponibilidad todo es posible.
En esta mañana debemos  despertar y hacernos Icono de esperanza.
En todo el Carmelo, en toda la Iglesia, porque el mundo nos reclama.
El mundo está en llamas nos decía Edith Estein, pero tenemos que renovarnos, y volver a la sencillez del Evangelio. Es tan sencillo vivir como María…tener los sentimientos de Jesús…Pero sabemos también que es difícil, y en el día a día sentimos nuestra debilidad y lo poco que respondemos.
El Papa Francisco nos invita a la sencillez, a la pobreza, a cambiar nuestro ritmo de vida. A veces queremos hacer un mundo grande, pero Dios nos lleva por otros caminos.
La técnica, todo velocidad, todo en apariencia consumada, pero la vida real nos para, a veces (perdonen la expresión) nos hace ir en burro, experimentando y recorriendo Belén y Nazaret…. Enfermedades, falta de vocaciones etc.  Pero estos son los caminos de esperaza, una esperanza abierta al futuro como dice nuestro Padre General.
Termino, encomendando a todos y cada uno; todos nuestros sentimientos deben ser compartidos, porque compartiendo y viviendo, el Reino se hace fuerte.

                                    ¡¡¡FELICIDADES Y GRACIAS!!!

                                       Sor Mª del Amor Gómez
                                       Carmelo de Osuna (Sevilla)      7 de diciembre 2013


viernes, 27 de diciembre de 2013

Clausura 25 Aniversario JuCar en el Presente (II)



Hola. Muy buenos días a todos. ¿Qué tal? ¿Cómo va el encuentro?
Me presento, que muchos no me conoceréis. Me llamo Íñigo, tengo 20 años, soy estudiante, y vengo de Madrid, del cole y la parroquia de Misterios.
Lo primero que quería hacer es dar gracias al Señor y ponerle en medio de este testimonio porque ha sido cosa de Él. Me acuerdo que cuando Carpio me llamo para preguntarme si podría hacer dar yo uno de los testimonios, la verdad que en lo último en que pensé fue en dar gracias a Dios, porque venía de tener muchas cosas con estudios, etc. y lo tomé como si fuera carga, como si fuera algo más que hacer, y no lo vi como algo positivo, que al final ha sido así, porque me ha hecho pararme, me ha hecho ver hasta qué punto mi fe está ligada a JuCar (y me he dado cuenta de que está bastante unida).Ha sido una experiencia de Dios, y estas siempre suman.
Yo empecé JuCar siendo un chavalillo de 5º de primaria, y me metí porque mi hermana estaba, me lo pintó bien, se hacían jueguecillos y estabas con amigos, así que me apunté. Pero el verdadero compromiso, la verdadera implicación con JuCar y de JuCar en mi fe, viene más o menos a partir de 1º o 2º de bachillerato, cuando hago la confirmación, empiezo a ser monitor… una serie de pasos importantes que hacen que te vayas involucrando más. Y fue creciendo mi compromiso hasta ahora.
Al principio venía de estar totalmente metido en mi parroquia de Coslada, un pueblo donde vivo, y lo de JuCar me lo tomé como un servicio que tenía que hacer. Solo un servicio, sin pensar en que iba alimentar mi fe. No pensaba que me iba a aportar mucho y era yo el que tenía que ir a ayudar y a servir. Sin embargo al final, por cosas de la vida, no ha sido así y JuCar me da mucho más de lo que yo pueda hacer.
Hasta ahí un poco de mi historia en JuCar. Pero, cuando comencé a plantear el testimonio las primeras pregunta que se me vino a la mente fue “¿Por qué sigo en JuCar? ¿Por qué no estoy en otros sitios?” Porque JuCar solo es un medio por el que llegar a Dios, pero por qué no estoy en la parroquia en la que antes estaba tan involucrado, o por qué no estoy en otro grupo… Y la respuesta, a groso modo, es simple: Dios. Estoy en JuCar porque Dios lo ha querido así, Dios siempre busca que estemos cerca de Él y siempre de la mejor forma posible para cada uno, y a mí pues me ha elegido para estar aquí en JuCar, y mantener mi fe viva por este medio. Así que  se lo agradezco y esa es mi verdadera razón por la que estoy en JuCar, Jesús.
Aunque sí que es verdad que JuCar aporta ciertas cosas o aspectos que a lo mejor otros grupos no hacen, al igual que otros grupos pueden aportar otras cosas que a JuCar le falta. Depende de las necesidades de cada uno, porque al igual que en la vida todos tenemos una vocación y un sitio al que estamos llamados, también cada uno tenemos diferentes medios para encontrar a Dios, y es ahí donde está la riqueza de la Iglesia. Y Jesús ha querido que el mío ahora mismo sea este.
En diferencia a otros grupos, en JuCar he visto y he experimentado un sentido mucho más amplio y mucho más profundo de lo que es la fraternidad. Los carmelitas ya sabemos que la fraternidad la tienen como uno de sus tres pilares básicos en su estilo de vida, junto con la oración y el servicio, y los tres están íntimamente relacionados y no se pueden separar. Pero la fraternidad nunca me había parado a entenderla, no me había parado a llevarla a mi vida, porque yo siempre he sido una persona que “ha ido un poco a su bola” (entre comillas), porque sí que es verdad que mi fe me ha gustado mucho vivirla de forma personal. Al final no se puede vivir de forma individual, sino que hay que hacerlo de forma compartida, porque si no de Jesús no estaríamos hablando, porque el Señor está en todos. Y dentro de esta fraternidad quería resaltar dos dimensiones. Por una parte he vivido más profundamente la fraternidad desde el punto de vista comunitario y  por otra parte desde el punto de vista del hermano, de fijarse en quién tenemos al lado.
Empezando por el primer caso, todos sabemos que cuando empezamos en JuCar siempre tenemos un grupo. Un grupo de lo que sea, de nuestra edad, de monitores… pero bueno, al final el objetivo es el mismo: poner en medio  al Señor y trabajar por su Reino desde aquí. Alimentarnos de lo que Él nos da y nos tiene preparado. Eso  en una comunidad es una riqueza increíble, porque personalmente tú puedes hacer oración, puedes tener encuentros con el Señor, pero lo que te aporta la fraternidad de tener una comunidad es importantísimo. Escuchar a otras personas hablar de Dios, compartir con ellas en el Señor, ponerle en medio de todo, es una  riqueza que no te lo aporta nada más que esa fraternidad. No la puedes encontrar individualmente, ni la  puedes buscar en otras cosas, sino con las personas, viviendo en comunidad. Y otra cosa que para mí ha sido esencial, y que es necesario si queremos poner a Dios en el medio de un grupo, es celebrar la fe. Celebrarla en el sentido de hacer juntos oración, de celebrar juntos la Eucaristía (sobre todo esto), de hablar del Señor juntos sin ningún reparo. Eso para mí es la esencia, ya que muchas veces tomamos los grupos como si fueran grupos de amigos y ya está. No es así, va más allá. Tiene que estar en medio el Señor, y he tenido la suerte de haberlo experimentado y por eso  lo comparto ahora con vosotros, porque me parece algo fundamental. Tener en el centro a Jesús en tu comunidad y  es algo que te hace crecer muchísimo en la fe, personalmente. Es algo que lo vivo día a día, y que me da cierta constancia para poder acercarme al Señor más fácilmente.
Y la otra dimensión de la fraternidad que había nombrado es la del hermano.  Lo he vivido más profundamente en el campo de trabajo y en una experiencia que tuve en Italia. Es una idea que cada día intento aplicarlo a mi vida de fe. Un día escuché y me quedé con una frase del Evangelio que marca un poco el sentido de esto y es la brújula de mi fe, cuando estoy que no sé dónde encontrar a Dios. La frase a la que me refiero es: “ Cada vez que lo hicisteis con cada uno de estos mis hermanos, conmigo lo hicisteis.” Jesús nos habla claro, aunque muchas veces somos nosotros los que queremos complicarlo, pero  nos habla bien claro con frases sencillas, fáciles de entender y difíciles de llevar a nuestras vidas. Y es eso, para encontrarse con el Señor solo hay que mirar al que tienes al lado, sea creyente o no, esté en la situación en la que esté, nos llevemos bien o no, tenga la condición que tenga. Jesús está en todos, y eso también hay que aprenderlo desde el punto de vista de la fraternidad, porque todos somos hermanos. ¿Por qué?  Porque todos tenemos una parte del amor de Jesús dentro de nosotros, aunque a veces esté menos visible. Por lo que no hay que darle muchas más vueltas. Simplemente hay que mirar al otro, bueno mirarle y más tratarle, como si estuviera Jesús, porque verdaderamente está.  Experimentar y darse cuenta de eso ha sido algo que ha marcado mucho mi vida.
Y para acabar, agradezco mucho a la familia carmelita todas las experiencias de Dios que me han podido aportar por medio de JuCar. Todos los encuentros por medio de personas. Resaltaros la idea de la fraternidad, trabajando por poner en medio de nuestros grupos al Señor, y mirando al otro como miramos a Jesús, con amor. Plantearnos en qué punto estamos en esas ideas. En qué punto está nuestra comunidad, nuestro grupo, ¿ponemos a Dios en el medio? ¿O nos juntamos más por la gente? O, ¿cómo miramos al otro?
Muchas gracias a todos por escucharme, por pertenecer a esta familia que es JuCar y por aportar tanto al mundo.

Iñigo Bermejo
JuCar Madrid - Misterios